Una veintena de voluntarios participa en la última limpieza del cauce fluvial mientras el Ayuntamiento busca a los autores del vertido masivo que le llevó a recoger siete toneladas de desperdicios en marzo
Cuando la marea baja completamente, el cauce del río Urumea a su paso por San Sebastián deja al descubierto objetos y enseres domésticos de todo tipo que desconocidos han arrojado al agua a escondidas. En los últimos meses, sobre el lecho fluvial han aflorado somieres, inodoros, una caja registradora, microondas… Es lo más parecido a un vertedero sumergido. Este pasado domingo, una veintena de voluntarios peinaron el río y consiguieron sacar unos 300 kilos de residuos: neumáticos, conos de obra, plásticos, botellas, lonas incrustadas en el fango, redes, cables, ropa… La iniciativa impulsada por la ONG Surfrider, denominada La costa y tú, en colaboración con la Diputación guipuzcoana, pretende monitorizar las basuras que se arrojan en los ríos y estuarios y que posteriormente llegan a las playas.